El reclutador del cártel entró al campus disfrazado de conserje y luego se centró en su objetivo: un estudiante de segundo año de química.
El reclutador explicó que el cártel estaba contratando personal para un proyecto y que había escuchado buenas cosas sobre el joven.
Publicidad”Eres bueno en lo que haces”, recuerda el estudiante que le dijo el reclutador.”Tú decides si estás interesado”.
En su objetivo de construir imperios de fentanilo, organizaciones criminales están recurriendo a un grupo de talentos inusual: no sicarios ni policías corruptos, pero estudiantes de química en universidades.